¿Qué quieren las mujeres? ¿ser solteras? ¿contraer matrimonio? ¿tener pareja? No!?.........SI!? Podríamos decir parafraseando a Maitena (escritora feminista –humorista):
¡LAS MUJERES QUEREMOS TODO! Y lo explica más o menos de esta manera:
Las mujeres quieren realizarse profesionalmente…haciendo algo creativo, que sea placentero, que no estrese…quieren ser reconocidas y admiradas por su capacidad intelectual…Deben ser realistas, intransigentes, analíticas y lúcidas... El hombre , si es que existe, no tiene por qué dominar, ni asfixiar; pero eso sí nunca perder la pasión, ni caer en la rutina…Además es importantísimo conservarse eternamente flacas, lindas y sin celulitis… Jajaja…a todo eso aspiran las mujeres solteras pero esta humorista termina diciendo: “ muy bien , todo eso quiero pero por ahora, no tengo tiempo de pensar en eso”…
Ahora va en serio parece que SER SOLTERA es una opción diferente y muy actual, de mujeres que tienen la posibilidad de elegir. Ser felices permaneciendo solas y solteras. Esto implica necesariamente que una mujer sea segura de sí misma, consciente de poder generar recursos económicos que la hacen comprender que el hombre ya no es el proveedor imprescindible de otras épocas…
¿Pero en verdad SER SOLTERA es una elección?
Creo sinceramente que NO. En consulta he recibido a muchas mujeres que, teniendo una profesión estable, siendo reconocidas intelectual y social como también económicamente; al estar SOLTERAS y solas están irremediablemente deprimidas…
El paso del tiempo se percibe cada vez como más insostenible para ellas siendo implacable e inexorable (esto alude a la conclusión respecto del “ahora no tengo tiempo” de la escritora.
Por eso cuando una persona decide este destino, decide adoptar esa “forma de vida”: la soltería, tiene que incorporar esa idea a su cotidianeidad, tener claro que es este estado el que le proporciona plena satisfacción, llenándola de expectativas positivas en su vida.
En nuestras sociedades tanto el hombre como la mujer luchan con mucho afán por su superación no sólo en lo personal, sino también por todo lo concerniente a bienes de consumo entrando en franca competencia entre sí que puede llegar a ser casi destructiva.
Entonces, es ahí cuando muchas mujeres exitosas comienzan a cuestionarse ¿qué sentido tiene la unión matrimonial; quién se va a hacer cargo de las labores propias del hogar y fundamentalmente de la crianza y educación de los hijos, ¿si es que los hubiere?
Estete tipo de preguntas han hecho modificar los esquemas tradicionales como son el noviazgo y el matrimonio. Dos instituciones que parecen ser ¿obsoletas? O por lo menos problemáticas desde muchos puntos de vista que no abordaremos aquí.
Hoy día si una mujer desea ser madre, puede asumir la convicción de ser madre soltera (ese estigma quedó perimido)
También podemos observar la enorme cantidad de mujeres divorciadas que comprueban día a día el gran desarrollo personal que alcanzan al liberarse del “yugo” matrimonial.
Es cierto que en este fin de siglo se ha roto el tabú de convencionalismos sociales, los estereotipos y las costumbres siendo muchas mujeres capaces de vivir felices sin la necesidad de una pareja, de tener hijos y de crear un hogar. Pero llegar a este tipo de decisiones no es todavía nada fácil pues hay que enfrentarse a la propia educación, a los patrones de conducta recibidos con los cuales se desarrolló la infancia, que han condicionado y homologado ese dicho de: “se es mujer si se es madre”.
Hoy en día muchas personas consideran la alternativa de permanecer solteras o si es en pareja en unión libre, sin ataduras témporo-espaciales (c/u duerme en su espacio-casa y se juntan cuando así lo disponen ambos) pero preservando un factor fundamental para el sano desarrollo: el sector privado.
La búsqueda de privacidad es cada vez más habitual y no hay por qué censurarlo, al contrario, debe comprometer al sujeto a cuidar y respetar el tiempo y el espacio de sí mismo y del otro ya que esto finalmente parece ser que da más garantía de un libre desenvolvimiento, generando desarrollo personal y el alcance de los más caros ideales.
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