Se considera que el apego es el vínculo afectivo primario, que establece el bebé con la persona que le cuida, ya sea uno o varios cuidadores, en nuestra cultura y en muchas otras es la madre biológica o por adopción quién es la figura de apego.
Apego o vínculo que se mantiene durante toda la vida y son las que influyen de manera importante en el proceso de socialización y manejo de la intimidad tanto en las relaciones de pareja, como con amistades, trabajo y más junto a que es la fuente de la seguridad emocional que se desarrolla a través de la aceptación, alimentación afecto y cuidados que se requieren para una subsistencia sana.
En sí, la función del apego en la adultez sigue consistiendo en dar apoyo y seguridad tanto a la pareja como a los hijos. En primer lugar, fueron los padres o cuidadores quienes fungieron como figuras de apego y ya en la adultez es la pareja con quién se establece esa relación de apego. Es durante el primer año de vida que se establecen las relaciones de apego y siguiendo las investigaciones de J.Bowlby y Mary Ainsworth plantean cuatro tipos de apego:
1.- Apego Seguro:
Son niños que se sienten queridos, valorados y cuidados de manera eficaz. Muestran una confianza básica en sus cuidadores y saben que estarán con ellos presenten o disponibles en la medida que los requieran lo cual desarrolla en ellos un vínculo seguro y confiable.
Este tipo de niños al llegar a su adultez muestran conductas de apego profundo, son empáticos, muestran seguridad en sí mismos y en quienes confían. Se relacionan con naturalidad son proactivos, positivos. Aceptan al otro y son aceptados dado que no muestran “segundas” intenciones en sus relaciones de pareja.
2.-Apego ansioso-ambivalente:
Durante su infancia, son niños que establecen patrones relacionales de inseguridad, de duda, dado que sus figuras de apego no les proporcionan el sentimiento de seguridad y confianza que requieren. Demandan mucha aprobación y seguridad, junto a muestras de cariño. Sufren con las separaciones dado que temen ser abandonados. Sus figuras de apego que no les proporcionan la seguridad y cuidado que requieren. De adultos llegan a establecer relaciones emocionales de la misma manera.
3.- Apego Evitativo:
En este tipo de apego, los niños desde temprana edad aprenden a que no pueden contar con sus figuras de de apego dado que éstos no los valoran, poco los ayudan, conductas que hacen que en el niño se desarrolle la sensación de no ser querido por lo tanto aprenden a no expresar ni entender las emociones de otros, evitan el contacto emocional, rechazan el desarrollo de una intimidad y muestran una conducta “como si” no les importaran los otros. Aparentan ser autónomos, más son estrategias para sufrir menos, se les dificulta el establecer relaciones íntimas y en sus interacciones son fríos, distantes poco accesibles.
4.- Apego Desorientado-Desorganizado:
Este tipo de apego es el más grave de todos. Son niños que fueron traumatizados desde temprana edad. No muestran un patrón de conducta claro: o establecen un apego muy fuerte, o lo evitan o se congelan en sus relaciones. Oscilan entre la angustia, el enfado, la evitación y el alejamiento. Perciben a sus padres como figuras atemorizantes e impredecibles dado que éstos manejan estrategias de cuidado incoherentes. Por ello los niños que se desarrollan en este ambiente se les dificultan regular sus emociones.
El tipo de relación que el bebé establece con sus cuidadores forjará al adulto del futuro y sus posibilidades de una pareja sana.
Comments