top of page
Javier Fierro

¿Amor sin odio?


La naturaleza de ambos sentimientos es tal que han sido capaces de mover al mundo desde los inicios de la humanidad. Son dos émbolos que hacen entrar y salir a las personas de nuestro corazón.

La sociedad moderna ha confundido el significado de tales fuerzas, dado que hace referencia a la dicotomía del ser, es decir, a la dualidad del universo. Una no podría existir sin la otra.

Ahora bien, la coexistencia de dichas fuerzas es prácticamente imposible, ya que, al amar, es imposible odiar y viceversa. No hay tal coexistencia. Retomando el papel de nuestra sociedad en este caso, las relaciones actuales han sido capaces de llegar a odiar a su pareja después de un episodio amargo en la relación.

Lo que nos lleva a reflexionar: Entonces, ¿Realmente existía amor entre esa pareja? En mi experiencia clínica NO. Permítanme explicar más a detalle: Quien es capaz de amar puede tolerar la más profunda traición, sobrellevar una infidelidad, actuar pensando en la fuerza que los unió en primera instancia, pero nunca odiar.

Quien ha experimentado esta tan común ambivalencia en su relación, seguramente se unió por razones muy ajenas al amor. En otras palabras, se unieron por conveniencia, por atracción, por pasión, por causalidad, por intereses ajenos a ellos o por un sinfín de razones más, las cuales seres humanos disfrazamos como AMOR.

La desesperanza, la desilusión, la traición, el desaliento, la falta de amor… no son odio. Son sentimientos que se acercan al odio, pero no lo son. Un ejemplo concreto sería cuando tu hijo te desilusiona por tal o cual cuestión, ¿lo odias? Claro que no.

Te enojas con él, lo reprendes, lo castigas… pero en el fondo lo sigues amando.

Cuando tu padre te regañaba, te castigaba sin razón, no te dejaba salir, ¿lo odiabas? Claro que no. Sentías furia en tu corazón; desesperación en tu ser y quizá llegaste a sentir rencor por esa acción, pero eso no es odio.

El amar significa perdonar, este es el pilar de mi teoría. Quien odia no conoce la palabra perdón, por eso odia; no es capaz de sentir empatía por el otro; no se solidariza con la emoción humana, de la que nadie (e insisto nadie) está exento.

Entonces: Si experimentas esta imposible dualidad es necesario que pidas ayuda profesional para resignificar o en su caso descubrir la razón que te une a tu pareja. Otro escenario sería: al darte cuenta que nunca amaste a tu pareja, entonces serás capaz de no odiarla sino comprenderla, conquistarla, enamorarla y darle al odio el segundo lugar.

¡Vamos a Cambiar al Mundo Desde Nuestra Trinchera!


13 visualizaciones

Entradas recientes

Ver todo

Opmerkingen


bottom of page