Las vacaciones de verano son siempre un periodo esperado por muchos; se retoman momentos más agradables, se dejan atrás el estrés y las obligaciones cotidianas por lo que el estado de ánimo cambia, la gente se vuelve más abierta, positiva y alegre.
Los periodos vacacionales dan una sensación de libertad, que no en pocas ocasiones se convierte en libertinaje. La euforia de sentirse libre lleva a experimentar cosas diferentes, conductas que las personas normalmente no se permitirían hacer, existe un poco el sentido de dejarse llevar por las circunstancias que se presenten. Se cae en los excesos, los instintos reprimidos salen, se liberan, está comprobado científicamente que el calor del verano ayuda a propiciar todos estos cambios en la mente humana.
Cuando estamos de vacaciones presentamos nuestra mejor cara, nuestro carácter es más apacible, amistoso y de fácil relación, lo que hace más factible que interactuemos con las personas. Esta combinación de circunstancias y la explosión de emotividad facilitan el contacto tanto sentimental como físico, lo cual termina en muchos de los casos en una relación de intimidad.
Los infieles que ya tienen un compromiso fuerte con sus amantes; principalmente cuando ya existen hijos producto de esa relación viven una situación más complicada durante el periodo vacacional, más aún los hombres por que los hijos de la otra familia también demandan más tiempo de convivencia, como resultado es normal que los señores se ausenten injustificadamente para pasear con ellos.
Para las mujeres es más difícil ver a su amante durante este periodo, sobre todo cuando se sale de viaje. Las mujeres infieles normalmente establecen lazos sentimentales por lo que suelen extrañarlos y se comportan distantes y frías o se encolerizan por la frustración que les produce estar lejos de su amante.
Ahora consideremos el hecho de cuando la infidelidad surge en un viaje vacacional, cuando la pareja viaja sola es difícil que exista infidelidad por que permanecerán juntos todo el tiempo, pero si el viaje se hace en grupo (2 parejas o más) aumenta la probabilidad de infidelidad, normalmente las parejas que salen en grupo tienen algún tiempo de conocerse o frecuentarse, la actitud de euforia y la convivencia tan cercana entre las personas hace que se relacionen de manera personal.
Incluso cuando la relación es muy fuerte en ocasiones los amantes asisten al mismo lugar que la pareja y de manera puntual se escapan para verse, incluso si los dos están casados.
Normalmente los que más se dan cuenta de estas situaciones son los hijos adolescentes, principalmente porque tienen mayor contacto con medios en los que es frecuente encontrar evidencia de la infidelidad, por ejemplo, el teléfono celular, los chats en la computadora o correos electrónicos.
Cuando la pareja son solo novios, es muy frecuente que se presente una infidelidad durante las vacaciones, sobre todo en los casos en que se van por separado, ya que van con amigos y normalmente con una sola idea en la mente: fiesta.
Como conclusión podemos decir que durante el periodo vacacional aumenta la posibilidad de infidelidad por las circunstancias de libertad y euforia que antes mencionamos; tener más tiempo y la sensación de romper con las ataduras, sin embargo, normalmente son infidelidades puntuales, no trascienden después de las vacaciones.
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