Es ahí cuando estamos más vulnerables ya que al atravesar esos momentos de tensión solemos desesperarnos, nuestra auto estima decae y solemos pedir consejos o soluciones de nuestra vida de pareja a los diferentes miembros de la familia, a nuestros amigos o a quien nos quiera y esté dispuesto a escucharnos etc. Dejamos que los familiares nos acompañen en ese proceso de dudas y aceptamos las críticas, las ideas y hasta a veces la sugerencia de que debemos separarnos, de “tirar todo la borda” y empezar de nuevo.
No obstante de ninguna manera podemos permitir que el ambiente, la influencia exterior nos invada y sin darnos cuenta, perder lo que tanto tiempo y esfuerzo nos costó construir.
Por eso ese bombardeo de opiniones pueden llegar a confundirnos, ya que no dejan que reflexionemos y podamos aclarar nuestros pensamientos y que decanten los sentimientos.
Siempre lo que sucede en una pareja es el resultado de una interacción de ambos miembros.
Entonces ¿cómo lidiar con la familia? cuando después de tanto sufrimiento que les transmití y me apoyaron, decido: perdonar la infidelidad de mi pareja?
Cabe aclarar que nada en la vida puede definirse con seguridad y para siempre como algo totalmente positivo o lo contrario, totalmente negativo; ya que en cada momento de nuestra existencia están siempre las dos caras de la moneda.
La inteligencia de vida reside en saber obtener el beneficio del lado positivo de lo que te tocó y tener cuidado con lo negativo.
Se debe buscar las armas y herramientas necesarias para seguir conservando la identidad, los valores e ideas personales para poder enfrentar la adversidad sin reparos y autoengaños.
Estoy persuadida, que en algunos casos, y mediando una atención adecuada psicológica, con un especialista en la materia, sí es posible re-construir una relación fallida y consolidar la pareja tal vez mejor de lo que era antes.